Tras tus frías manos, mis lágrimas caen lentamente, nacen en mis ojos, viven en mis mejillas y mueren en mis labios. Intentas salvarme, intentas ahuyentar el llanto, más yo pierdo el sentido y caigo en un profundo sueño del que jamas podre despertar, ese sueño que me hará vivir todo ese tiempo perdido, todo ese maldito tiempo que no estuve junto a ti.
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